10 de junio de 2010

Fragmento de la semana 002

Jace estaba tumbado en su cama fingiendo estar dormido -por su propio bien, no el de nadie más- cuando los golpes en la puerta finalmente fueron demasiado para él. Se arrastró fuera de la cama, haciendo una mueca de dolor. No obstante lo mucho que había fingido encontrarse perfectamente arriba en el invernadero, todo el cuerpo le seguía doliendo debido a los golpes recibidos la noche anterior.
Sabía quién iba a ser antes de abrir la puerta. A lo mejor Simon se las había arreglado para que volvieran a convertirle en rata. En esta ocasión, Simon podría seguir siendo una maldita rata para siempre, si ello dependía de lo que él, Jace Wayland, pensaba hacer al respecto.
Ella aferraba su bloc de bocetos, con los cabellos brillantes escapándole de las trenzas. Se apoyó en el marco de la puerta, haciendo caso omiso del subidón de adrenalina que la visiónn de la joven le produjo. Se preguntó por qué, y no por primera vez. Isabelle usaba su belleza como usaba su látigo, pero Clary no sabía que era hermosa. A lo mejor ése era el motivo.
No se le ocurrió más que una razón para que ella estuviera allí, aunque no tenía sentido después de lo que le había dicho. Las palabras eran armas, su padre se lo había enseñado, y él había querido herir a Clary más de lo que nunca había querido herir a ninguna chica. De hecho, no estaba seguro de que hubiera querido hacer daño a una chica antes. Por lo general se limitaba a desearlas, y luego a desear que lo dejaran tranquilo.
-No me digas -empezó, arrastrando las palabras de aquel modo que ella odiaba-. Simon se ha convertido en un ocelote, y tú quieres que yo haga algo antes de que Isabelle lo convierta en una estola. Bueno, pues tendrás que esperar a mañana. Estoy fuera de servicio. -Se señaló a sí mismo; llevaba un pijama azul con un agujero en la manga-. Mira. Pijama.
Clary apenas pareció haberle oído. Reparó en que sujeta con fuerza algo en las manos: su cuaderno de dibujo.
-Jace -dijo ella-, esto es importante.
-No me digas -replicó-. Tienes una emergencia relacionada con dibujos. Necesitas un modelo que pose desnudo. Bien, no estoy de humor. Podrías preguntarle a Hodge -añadió, como si se le acabara de ocurrir-. He oído que haría cualquier cosa por...
-¡JACE! -le interrumpió ella, la voz elevándose hasta convertirse en un grito-. LIMÍTATE A CALLAR POR UN SEGUNDO Y A ESCUCHAR, ¿QUIERES?
Él pestañeó.
Clary aspiró profundamente y alzó los ojos hacia él, ojos que estaban llenos de incertidumbre. Un impulso desconocido se alzó dentro de él: el impulso de rodearla con los brazos y decirle que todo iba bien. No lo hizo. Por lo que él sabia, las cosas raras veces iban bien.
-Jace -insistió ella, en voz tan queda que él tuvo que inclinarse para captar las palabras-. Creo que sé dónde escondió mi madre la Copa Mortal. Ésta dentro de un cuadro.

Encuentro entre Jace y Clary. Capitulo 18
Cazadores de Sombras 1 Ciudad de Hueso de Cassandra Clare.
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